El mantenimiento de la instalación de bebida
El agua de bebida se considera actualmente como uno de los factores de riesgo de cierta importancia en los problemas sanitarios de las explotaciones ganaderas, ya sean de pavos, broilers, cerdos o cualquier otra producción ganadera.
Esto es debido tanto a las propiedades del agua externa que nos llega y que suministramos a los animales, que tiene un efecto directo sobre la salud de los animales pero realizando análisis previo se pueden detectar y corregir antes de su consumo, como a las condiciones en que tenemos el sistema de distribución de agua en la explotación.
La importancia del estado sanitario, tanto químico como bacteriológico, del agua es fundamental para el correcto funcionamiento de los animales, aunque sin duda puede presentarse en diferentes edades dependiendo de la casuística.
Un agua cargada bacteriológicamente, es decir, con niveles elevados de bacterias, afecta de forma importante en el primer periodo de vida de los pavipollos, mientras que aguas cargadas por sustancias químicas suelen afectar más en periodos tardíos de la producción.
Es evidente que en un caso o otro depende de una relación consumo/síntomas para poderse evidenciar siempre y cuando el agua sea homógenea en toda la crianza, aunque cambios bruscos de contaminaciones microbiológicas alteran el estado sanitario de los animales en cualquier momento.
Por ello es una de las reglas básicas de bioseguridad el asegurar que cuando entren los pavipollos, estos dispongan de un agua en condiciones para su consumo. El principal riesgo en este caso suele ser el estado de las instalaciones internas de la explotación, ya que es habitual conocer la procedencia del agua y tratarla adecuadamente, reduciendo el riesgo externo en concreto.
Cuando un ciclo se acaba es necesario proceder a la limpieza y desinfección de la instalación con unos protocolos adecuados y, entre ellos, es necesario disponer de protocolos exclusivos dedicados a la limpieza y desinfección de las instalaciones de bebida.
En ellos se debe contemplar de forma independiente:
- Limpieza y desinfección de depósitos de agua.
- Limpieza y desinfección de tuberías desde el depósito hasta el inicio de las líneas de bebida.
- Limpieza y desinfección de las tuberías y bebederos de las líneas de bebida.
- Limpieza, desinfección y mantenimiento de los diferentes dispositivos que actúan sobre el agua de bebida (bombas dosificadoras, grupos de presión, llaves de paso, filtros, descalcificadoras, desnitrificadoras, etc).
Los protocolos es conveniente que se realicen en la propia explotación y luego sean supervisados por un veterinario y un técnico especialista en agua añadiendo o corrigiendo si fuera necesario alguna corrección.
En el caso de las líneas de bebida es conveniente proceder a vaciado y posteriormente llenado con uns solución de agua con desinfectante y desincrustante. Esta mezcla de poductos siempre debe ser aconsejada por los técnicos, ya que en ocaiones con un solo producto ya se puede realizar o en otras es necesario el uso de varios productos en una cadencia determinada.
Un ejemplo de uso muy actual es la utilización de peróxidos de hidrógeno o dióxido de cloro a dosis altas, aunque hay gran multitud de sustancias que se pueden utilizar y que pueden fluctuar dependiendo en ocasiones de la presencia de determinadas patologías en lotes anteriores.
Habitualmente estas sustancias precisan de un cierto tiempo para su efectividad y posteriormente deben vaciarse y renovarse con agua clara asegurando que no queden residuos en las tuberías ni en los bebederos.
Un error muy habitual que nos encontramos es el utilizar agua no tratada para expulsar la solución concentrada anteriormente citada, con lo que todo el trabajo realizado pasa a ser una total pérdida de tiempo ya que reinfectamos las tuberías nosotros mismos.
También hay que tener en cuenta en los protocolos la secuencia de pasos a realizar. Es decir, es necesario que primero limpiemos los depósitos (grandes y pequeños) antes de limpiar las tuberías que vehiculan el agua hasta las líneas de bebederos y estas antes que la línia de bebederos.
Por ello se recomienda que se dispongan de llaves de paso con posibilidades de bloquear el paso de agua y poder realizar la limpieza y desinfección por secciones.
Aunque no parece tener mucha importancia, el coste de instalar llaves de paso es ínfimo y permite la limpieza a fondo de las diferentes secciones. Por poner un ejemplo sencillo, en estas tuberías que encontramos entre los depósitos y la línea de bebederos, podemos realizar la limpieza con alta presión en el agua que limpiará los restos que el desincrustante haya empezado a limpiar en la tubería mientras que en la línea de bebederos, dependiendo de la presión aplicada y de la antigüedad de estos podemos producir más problemas de deterioro que las ventajas que aporta.
Uno de los motivos de la limpieza de las tuberías y los bebederos es la presencia de biofilm en ellas. El biofilm no es más que una capa de bacterias que se protegen del medio exterior con otra capa protectora. En ella habitan tanto bacterias saprófitas como patógenas y por tanto el diseño de la higiene y desinfección debe estar encaminada a assegurar que no queden restos de ellos que pueden afectar posteriormente a los animales.
La limpieza también debe contemplar las diferentes partes del bebedero visibles para evitar factores de riesgo.
Hay opiniones divergentes acerca de si es mejor dejar las tuberías llenas de agua o no. En principio si el agua está tratada con biocida se aconseja dejar las tuberías llenas hasta la entrada del nuevo lote, pero si hay riesgo de heladas es aconsejable vaciarlas.
Hay que tener presente la revisión y limpieza de filtros, lugar donde pueden ocurrir crecimientos de bacterias imprevistos si el agua permanece estancada durante periodos largos de tiempo.